El amor feliz existe. Nadie es nada hasta que lo conoce. No es necesario que sea eterno, puede ser muy breve. Tampoco está limitado al amor de las parejas. La prueba del amor, cuando caemos en su red o cuando nos deja caer de su entramado, es cuán profundamente podemos llegar dentro de nosotros mismos. Sólo el amor nos enseña a sondear nuestras propias profundidades.
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